No solemos hacerle mucho caso a nuestros pies, salvo que suframos alguna lesión en ellos, pero ¿has pensado lo que sufren durante la época estival?
Después de estar durante largo tiempo encerrados y protegidos por el calzado y los calcetines, cuando llega la hora de dejarlos en “libertad” podemos llegar a sufrir daños por los factores externos a los que se ven expuestos.
Comienzan a entrar en contacto con las superficies directamente como la arena de la playa, el suelo de las piscinas, las duchas, por ejemplo, y esto nos puede ocasionar molestias e incluso infecciones que debemos evitar.
¿Cómo prevenir lesiones?
• Protección Solar: somos muy conscientes de aplicarnos protección solar por todo el cuerpo a la hora de tomar el sol, pero por lo general nos solemos olvidar de los pies, y estos también sufren quemaduras. Evitaremos pasear por la arena de la playa descalzos, ya que esta alcanza altas temperaturas que nos pueden provocar quemaduras en la planta de los pies.
• Usaremos Chanclas: es una barrera de protección contra el contagio de hongos tanto en las zonas húmedas como en zonas muy frecuentadas como duchas, piscinas o zonas comunes en vestuarios.
• Rozaduras: con el cambio de calzado cerrado a el abierto, es frecuente que nos aparezcan rozaduras, ya que aumenta la fricción directamente sobre la piel y esto puede hacer que se hagan ampollas. Para tratarlas se aconseja explotarlas para sacar el líquido y evitar que se infecten, aplicar povidona yodada y no quitar la piel ya que hará de apósito natural.
• Secado Exhaustivo: secar los pies en profundidad es sumamente importante, sobre todo entre los dedos y las uñas y eliminar totalmente la humedad, ya que en estas zonas es fácil la proliferación de hongos y bacterias.
• Hidratación: no se nos puede pasar por alto al finalizar el día, hacer un buen masaje con una crema hidratante específica para pies, que nos prevenga de la sequedad y de las grietas.
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¿Qué calzado debo usar?
No todo el calzado es adecuado para nuestros pies durante el verano. Las chanclas no deben salir del uso para lo que fueron creadas, playas y piscinas.
Utilizarlas demasiado nos puede ocasionar problemas como:
1. Heridas
2. Dedos en garra
3. Fascitis Plantar
4. Riesgo de caídas
Por eso debemos elegir un calzado que nos aporte sujeción y que tenga las características adecuadas para no sufrir ninguno de estos problemas.
Que sean lo más cómodos posibles y de materiales transpirables, que el pie respire es necesario y evitará la sudoración excesiva y para ello procuraremos que los materiales sean naturales, evitando los plásticos que cuecen nuestros pies y nos provocaran rozaduras, heridas y mal olor.
En resumen, presta atención a tus pies, utiliza calzado adecuado, evita andar descalzo por piscinas y zonas húmedas, mantén una buena higiene, no abuses de los esmaltes de uñas y si tienes algún problema acude al podólogo.
¡Que tus pies no te arruinen el verano!
Nos vemos en próximos consejos.
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